La Maldición del Niño Llorando

Esto que os voy a contar, porque lo vi en la televisión, es la historia de ‘La Maldición del Niño Llorando’.
“El Niño Llorando” es una pintura de Bruno Amadio, cuya seudónima era Giovanni Bragolin.
El sujeto era un pequeño niño callejero, un huérfano mudo, con una expresión triste.
Las copias fueron producidas en masa en varias versiones, todas las cuales muestran a un niño o niña con ojos enormes con lágrimas corriendo por su cara.
Se compraron miles de impresiones en Gran Bretaña y Europa en las sesenta.
Según la historia, un cura advirtió al pintor que los padres del niño habían muerto en un incendio, y desde entonces, los incendios estallaban repentinamente dondequiera que iba el niño.
El niño, que se llamaba Don Bonillo, recibió el apodo “El Diablo”.
El artista le adoptó, pero, entonces, su apartamento y estudio se quemaron misteriosamente y lo perdió todo.
El artista tiró al niño de nuevo en la calle.
En 1976, la policía respondió a un accidente de coche en Barcelona.
El conductor había sido quemado más allá del reconocimiento, pero el nombre en la licencia de conducir era Don Bonillo.
En 1985, el periódico sensacionalista británico “El Sol”, publicó que un bombero afirmó que con frecuencia se encontraban copias de estas pinturas totalmente sin daños en medio de las ruinas de las casas quemadas.
Siguieron muchos informes de casas que se quemaron con solo esta pintura intacta en las ruinas.
Se creía que esta era la venganza del niño por su abuso.
La creencia en la maldición de la pintura se hizo tan extendida que el periódico invitaba a sus lectores a enviar sus pinturas para ser puestas en hogueras masivas. Recibió más de 2,500 de ellos.
¡No sé porque alguien querría tener la imagen de un niño tan triste en la casa en el primer lugar!